Imagen de Noticias Emisoras Unidas.
HAMBRE
CERO, TIERRA CERO
Dr. Carlos Arriola
Monasterio
Director Médico
Dispensario Bethania Jocotán, Chiquimula
Miembro de la Mesa RRD
Miembro de la Mesa RRD
Como
buenos guatemaltecos, que creemos y nos ilusionamos con los cambios, -aunque al
final se quede en ilusión sin cambio-, vimos con beneplácito que este gobierno
en el corto plazo sacó a la luz pública su iniciativa para reducir la
desnutrición crónica, el Programa “Hambre Cero”, con un presupuesto
desorbitante calculado por el titular de la Secretaria de Seguridad Alimentaria
(SESAN) en dos millardos de quetzales.
Siempre
nos enseñaron los profesores de la Universidad San Carlos de Guatemala, “sino
proponen no critiquen”, “tenemos que ser ejemplo para el país, un país donde
todos tienen la facilidad de destruir pero no de construir”
Pero
lastimosamente en nuestra querida Guatemala si no hay compadrazgos políticos la
voz de la propuesta se queda en el más grande silencio donde solo es acompañada
por el llanto débil de los niños hambrientos prestos a morir.
Con este programa dijo el Presidente del
país se reducirá en un 10% la desnutrición crónica, esta sí que es una meta,
una súper meta, que sin lugar a dudas no es coherente ni con la realidad del
país ni con los recursos disponibles y mucho menos con las estrategias
paliativas.
En el informe “Análisis situacional de la
malnutrición en Guatemala, sus causas y abordaje" publicado en el 2011,
Guatemala PNUD expone Palmieri y Delgado,
que la tendencia a la disminución en desnutrición crónica que se observa en Guatemala, expresada en puntos
porcentuales reducidos por año es de 0.5 punto porcentual, desde 1965 al 2008,
entonces cabe la pena cuestionarse ¿cómo se logrará la reducción del 10 %?
Se
dará suplemento nutricional a las madres y a los niños y niñas en los primeros 1000
días, que claramente son los más críticos y necesarios para el desarrollo de
los infantes, pero la realidad y experiencia obtenida por más de 20 años de
trabajar en poblaciones de extrema pobreza y de altas tasas de desnutrición,
como es Jocotán, indica que una madre con 5 hijos/as no es capaz de dar alimento
solo a uno, sea el alimento que sea lo comparte con los demás.
Luego
la súper tortilla o harina fortificada, los expertos en su elaboración no toman en consideración la cultura de los
guatemaltecos, que aunque nos critiquen y nos digan mil veces que cultivar maíz
es muy caro y que es más fácil comprarlo, no entienden que toda la fase de
siembra, cuidado y obtención de cosecha lleva implícita una relación de vida,
de alegría y sobre todo de pertenencia que difícilmente puede ser superada por
otra harina.
Pero
lo que no tocan los expertos es la tierra. Tal como se ve en la fotografía:
Una
tierra árida, con una pendiente extrema, sin agua y con una agricultura
dependiente de la lluvia, a una temperatura de 36º centígrados y sin abono, ya
que el fertilizante que entregan los alcaldes únicamente es para su grupo de
seguidores y súbditos leales que oprimen a sus hermanos campesinos y los
manipulan para seguirlos teniendo dominados.
Ante
este panorama desolador ¿el programa hambre cero será efectivo? Cómo, sino se
toma en cuenta el tema de la tierra. No hay acceso a la tierra y por lo tanto
todo lo que conlleva esta carencia, por ejemplo la falta de crédito por no
tener certeza jurídica de las propiedades, entonces se dedican a una
agricultura de subsistencia.
No se puede hablar de disponibilidad cuando
las características de nuestro país son: Priorización de exportación de productos no
tradicionales, Utilización de tierras para producción de bienes de
agroexportación, Disminución de alimentos para autoconsumo, producir para
vender; todo esto tiene relación directa con la tierra y el tipo de tierra.
Si
se habla del triángulo de la dignidad, de que dignidad se trata, ¿de las
grandes empresas que han bombardeado hasta la más recóndita aldea para vender
alimentos frituras, aguas gaseosas y tarjetas telefónicas? ¿provocando que el
gasto en los alimentos se diluya por el efecto psicológico de una publicidad
desmedida y consumista? Se juega con la ignorancia de la gente, con el mismo
fruto de la desnutrición crónica, donde no es por negligencia que las personas
no aprenden, es por la misma secuela fisiológica de una población que perdió
todo su intelecto y que ahora se vuelve presa fácil de los mercenarios
mercantiles que se hacen más ricos a expensas de los más pobres cambiando
radicalmente el tipo de consumo y luego culpando a la misma población por no
saber elegir bien lo que comen.
Y
finalmente, hablar de la utilización biológica de los alimentos, sistemas
gastrointestinales que han sido creados con tortilla y café. Que si se brinda
leche lo único que genera es diarrea por mala absorción, sin mencionar siquiera
los parásitos intestinales que provocan diarrea crónica y se cierra el círculo
al no haber sistemas de atención pública para el tratamiento oportuno, sin
pensar siquiera en sistemas de prevención como sería la purificación de agua y
hacerla apta para el consumo humano, lo cual disminuiría la contaminación y las
consecuencias que ésta acarrea.
Por
todo lo anterior, no se puede hablar de Hambre Cero, cuando la tierra está
también a cero, cuando no se toman medidas estructurales que demuestren por lo
menos la intencionalidad de atacar el problema de manera frontal y no abordarlo
por las ramas donde sea la misma publicidad la que enmascara la forma de
enfrentar un flagelo silencioso que hoy grita la muerte de niños y niñas inocentes,
donde su único desmérito fue nacer en este país.
Guatemala, 10 de abril de 2012
Totalmente de acuerdo con la perspectiva de Carlos. "Hambre cero" además de los aspectos socioeconómicos, socioculturales, de política agraria, de mercado y de salud que menciona el artículo, debe considerar otros aspectos sobre inocuidad de los alimentos, cadenas productivas, uso y aprovechamiento de alimentos, ingesta de micronutrientes y talla-peso-edad, así como la prevención frente a las variantes climáticas locales y el cambio climático global que hacen al país vulnerable a crisis alimentarias recurrentes.
ResponderEliminarBuenísimo Carlos, has puesto el dedo en la llaga. El hambre no se quita con pastillitas de ácido fólico, ni megadosis de Vitamina A. El hambre se quita con comida, y la comida se obtiene de nuestra tierra. El mejor programa para hambre cero es una reforma agraria.
ResponderEliminar